Hola, amigos, muy buenas.

Como veis, lo de «Ilusión, Constancia y Humildad», al menos en lo que a constancia se refiere, no lo aplico precisamente a rajatabla en cuanto a llevar al día este semi-abandonado blog. A este paso, en cuatro días perderemos hasta al nuevo lector -bienvenido, Goyo, amigo, ponte cómodo.

La semana -5, ya casi ni me acuerdo, muy bien. La Media de Valencia, más que satisfactoria. Sin parar hasta el km.10, andando un minuto por kilómetro hasta el 20 y paseando el último, un tiempo de 2h.24´, ya digo, muy satisfecho. Esa tarde rompí la serie de 56 días seguidos sin probar una gota de alcohol. Me bebí unas pocas cervezas y un gintonic que me supieron a gloria.

Os dejo esta foto, al paso por el km. 9,5, con el edificio del reloj del puerto de fondo, llegando a donde estaba toda mi gente animando:

media 14

La semana siguiente, la -4, también fue muy correcta. Vuelvo a no beber, corro a diario, con un día 20´»rápidos» y un largo de 2h.30´, espectacular baño en la Malvarrosa  incluido en ese tiempo. Añade un fantástico martes-montaña, con subida al Pico Penyagolosa, un día de Preparación Física y otro de vela ligera y tienes una gran semana. El sábado vimos los 87,2kg. en la báscula.

Llegamos a la pasada semana, la -3, de la p. Media Maratón de Gandía. De lunes a miércoles, sin novedad. Tres entrenos suavecitos y una salida a vela. El jueves se torció todo. Madrugón, viaje de trabajo a Majadahonda, estres, regreso, 900km. de coche y al llegar ponte a cocinjar toda la tarde para dar de cenar a 50, cena por todo lo alto en Tinto y Oro, borrachera de las de época y a las 4 de la mañana, en estado de gracia, a la cama. Sin correr. Fin del Streak Running, con 66 días seguidos. Hasta ahora, ese es mi «record». Viernes, resacoso perdido, prácticamente sin dormir, a currar duro toda la mañana y de nuevo sin parar ni un minuto a cocinar el resto del día, esta vez para dar de cenar a otros cincuenta, distintos de los de ayer, ahora en la Falla. Puto Halloween. No bebí, pero me acosté a las dos, baldado, reventaito perdido. Segundo día sin correr. El sábado decido que, ya que estamos, tampoco se corre y me voy a Denia, a reencontrarme con mi querido «Magopepo», que lo tenía un poco olvidado. Preciosa navegadita, por cierto. Hizo un día de esos «para vender un barco». Y me planto el domingo en la media maratón de Gandía. Gordo, cansado, desmotivado, sin ganas de nada. Con un calor de cojones y muy malas sensaciones. En el 6 echo a andar un rato, en el 9 me quito el dorsal (58´30´´ en ese momento) y en el 13 definitivamente abandono. En esos momentos doy por perdida, por imposible, la próxima Maratón de Valencia. Hoy, tres días después, habiendo corrido ayer 42´a gusto, la cabeza parece que quiere ordenarse de nuevo, poco a poco. En el fondo, el lema esta vez era el que cito al principio, ¿no? «Ilusión, constancia Y HUMILDAD», pues eso, Y HUMILDAD, chato, Y HUMILDAD, ¿qué pensabas, que esto era tan fácil como cuidarse diez semanas y ya está? No hombre, no, los milagros en Lourdes. Si la acabas, que está por ver, no será sin sangre, sudor y lágrimas.

Salir, saldremos. Con cabeza, sin presión, a disfrutar del día. Y que sea lo que Dios quiera. Vuelvo a llevar seis días sin beber y voy a aguantar los diez que quedan. Ya no voy a correr a diario, pero sí a hacer todavía dos o tres entrenos medio decentes, por encima de la hora. Y voy a hacer las cosas mejor que bien la semana que viene, la última, para, al menos, llegar descansado, mentalizado, con ganas de correr y, si pudiese ser, todavía con un par de kilos menos. Un 85 en la báscula la víspera me daría más alas que una caja de RedBull.

Resumiendo, amigos, que ya se verá, pero que seguimos ahí, en el camino.

Ilusionados saludos.