Hola, amigos, muy buenas.

Aclaremos, no vaya a ser que se deje caer por aquí algún amigo corredor, nadador, triatleta o lo que sea, que 30 x 300 no son series, no son repeticiones, no es un entrenamiento fraccionado. Nada que ver.

30 x 300 es una ilusión que lleva ya un par de años rondándome la cabeza. Os cuento:

Daniel García es un novillero, de Vilches (Jaen) al que llevo siguiendo desde que empezó, sin picadores, hace un par de años. He viajado, con Mar, por media España (Linares, Vilches, Castellar, Santisteban del Puerto, Guadalaviar, Illescas x 2 , Membrilla y alguno más que me dejaré) a verle torear, evolucionar, crecer. Profesionalmente y como persona. El primer novillo que mató, en el campo, tuve el gusto de regalárselo yo, en una gran jornada en «El Añadió», Vilches, por ahí anda contada en este blog. Luego hemos toreado alguna que otra becerra juntos, por allí abajo. Este próximo domingo me bajo a Úbeda, a disfrutar del día de su debut con picadores.

No sé si acabará siendo el figurón del toreo que le deseo y se merece. Es más complicado de lo que pueda parecer. Pero, desde luego, tiene clase, condiciones, actitud, todo, para hacer tres toreros. Con el bueno es Manzanares, con el malo se queda quieto, le echa cojones y le saca lo que tenga. Pocas veces he apostado en mi vida por un torero desconocido, Ponce, Juan Carlos Vera, José Calvo y pare Vd. de contar. Ya tocaba de nuevo.

Aquí nos tenéis, en el campo, hace un año, en casa de Sancho Dávila, con el ganadero, el maestro de la Viña y su niña:

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Esta otra en el patio de caballos de Castellar, si no recuerdo mal:

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Pues a lo que iba: Quiero echarle una mano a Dani. Y me gustaría compartir con mis amigos esa satisfacción, la de apoyar a un chaval que empieza, cuando todavía «no es nadie» (ojo, no se malinterprete, que yo venero, idolatro a cualquiera que a las tres de la tarde en lugar de salir huyendo, que es lo lógico, se viste de torero y se presenta en la plaza). Nos vamos a juntar 30 amigos. Y vamos a poner 300.-€ cada uno en una cta. para, con esos 9.000.-€ dar un empujoncito, siquiera humilde y sencillo a su carrera. Se destinarán, más o menos, a: 3.000.- para regalarle un vestido de torear, «de Tinto y Oro» + 6.000.- para comprar ocho o diez novillos en el campo que mate a puerta cerrada, como entrenamiento. En realidad, más que a puerta cerrada, «abierta solo para nosotros». Eso nos permitiría a los 30 viajar a cuatro o cinco ganaderías -en las que vaya Dani a matar ese par de novillos cada día de entrenamiento- salir a la becerra o becerras que se echen por delante para calentamiento, visitar esas fincas y echar unos días de campo inolvidables.

Pero, sobre todo, lo que de verdad vamos a recibir a cambio, días de campo y toros al margen, que no son poco, es la satisfacción íntima que cada uno sentiremos el día de su presentación en Valencia o cuando tome la alternativa. No te cuento si abre algún día la puerta Grande de Madrid, o Sevilla, o si, como espero, llega de verdad a mandar en el toreo. ¿Te imaginas haber hecho algo así hace veinte años con El Juli, o Morante, o Perera, cuando nadie daba un duro por ellos? ¿Cuánto valdría el abrazo que te podrían pegar cada vez que te los encontrases? Pues eso, para todo lo demás, Mastercard.

Presentaré el proyecto en TyO a lo largo de octubre, he de cuadrar agendas con Daniel y algunos amigos que ya han confirmado su participación en el proyecto.

Aprovecho, ya que escribo por aquí, y os cuento que estoy entrenando bien, mentalizado, convencido, bajo el viejo lema de «Ilusión, Constancia y Humildad» para la Maratón de Valencia del 15 de noviembre, mes y medio nos queda. Perdiendo peso (debo andar ya con el «8» por delante, el sábado lo sabremos), haciendo al menos tres sesiones semanales de P.F. o yoga, corriendo cuatro o cinco días/semana, con alguna sesión de cerca de 50´seguidos y otras de más de una hora alternando andar/correr. Muy lejos aún del estado de forma que busco, pero en el camino, en pos del deseo. Nada nuevo, en definitiva.

Ilusionados saludos.

P.C.: Me está costando más de lo que imaginaba, mucho más, pero ahí sigo. Con la ilusión de saber que, por mucho que cueste, uno tiene que hacer lo que ha prometido. No intentarlo, no, cumplirlo. De eso se trata, en esas seguimos.