Hola, amigos, muy buenas.

Ya lo dice el refrán, «aprendiz de mucho, maestro de nada». Y, a estas alturas, no vamos a cambiar. No, al menos, fácilmente. De las múltiples aficiones que se supone que uno disfruta, en estos últimos meses ha sido la navegación a vela la que con diferencia se ha llevado la palma. He regateado, navegado, disfrutado, más que nunca. ¡¡¡Ay, si hubiese corrido la mitad de lo que he navegado!!! Pero bueno, que nos quiten lo bailado.

Con el «Llevant Blau», Dufour 40,  corrí la Calpe-Formentera-Calpe. Con un inconfesable día de descanso en la isla, dicho sea de paso. Pero inconfesable, inconfesable, de verdad.

Con su hermano, «Llevant Blau Regatas», un Farr 39 con sus buenos años pero en condiciones de andar rápido de verdad, la «Regata de las MIL MILLAS». Una pena, no la pudimos acabar, un problema con las baterías nos obligó a abandonar tras pasar Menorca, con Cerdeña por la proa. Eso sí, las 400 millas navegadas de tirón, esas las disfrutamos de verdad.

Con el Pez d´Abril, flamante Swan42, nos dimos el capricho de ganar -arrasando, primeros en las tres mangas- en la «Carburo de Plata», pedazo de regata en Cartagena y de hacer terceros en la Copa de la Reina.

Por último, con mi querido «Magopepo», una inolvidable «Oliva-Cullera-Oliva», la «Ciudad de Oliva» y la ya clásica -tercera participación en tres años- «Memorial Pepe Frasquet». Os dejo una foto chula, de esta última:

Cinco días de travesía con Mar en agosto (Denia-Moraira-Campello-Tabarca-Alicante-Calpe-Denia) y unas cuantas salidas más cortas completan una temporada, como digo, intensa. Que daremos por concluida la semana que viene corriendo las Jornadas Pitiusas, una de las clásicas que cada año espero con ansiedad. Ibiza-San Antonio-La Sabina-Ibiza, tres mangas, tres días, tres puertos, tres fiestas, una pasada.

Por lo demás, hemos visto toros, además de la feria de julio recuerdo alguna escapadita con Mar, dos a Illescas y una a Membrilla a ver a Daniel García (el 4 de octubre le veremos debutar con caballos en Úbeda) otra a El Herrumblar (Cuenca) a ver a Andrés Palacios. Y a Calasparra a ver a Andrés Manrique. Vaya, que sin ser tanto como otros años, algo hemos aprovechado el verano. Al campo no he ido, no me he puesto delante de una becerra desde diciembre pasado. Muy mal, pero es lo que hay.

La magia, desde el festival de Nayra en abril pasado, la tengo medio abandonada. A todo no llego. Y con «La Cuchara Mágica», qué pena, no sabéis qué pena, en vías de disolución.

¿Qué nos queda? Lo de siempre, las carreras, los proyectos deportivos, el puto peso….Bueno, ni el verano ha sido malo, malo del todo, ni, desde luego, para echar cohetes. He bajado cuatro kilos en dos meses y medio, en 93,000 estamos. He entrenado, mal que bien, con cierta constancia. Estábamos a cero, pero a cero-cero de verdad en junio. Ya corremos/andamos cuatro días, de ellos uno «largo» por encima de la hora. Ahora sí, ha llegado la hora de ponerse las pilas.

El primero objetivo serio, la Maratón de Valencia, está ya ahí, a la vuelta de la esquina. Espero correrla con unos cuantos kilos menos y en un estado medio decente de forma. Con hacerla más o menos como el año pasado, ya estaría bien. Hasta entonces correré un par de Voltes a Peu, la de Villalonga incluida, un 15K en Paterna y un par de Medias, Valencia y Gandía. Más lo que vaya saliendo. Y una vez pase la maratón, ahí está la clave de verdad, a seguir cuidándonos para correr Malaga o Gata en diciembre, ya se verá, Cobeña y Sevilla en febrero y la madre de todas las carreras, la Marathon des Sables con el «Dessert Drink Team» en abril. Pero bueno, para eso aún queda mucho. vamos de momento a por la Maratón de Valencia.

Ilusionados saludos.