Hola amigos, muy buenas.

 ¿Qué se supone que preferís que os cuente, los entrenos de la semana o alguna pincelada gastronómica?

Bueno, lo primero se resume fácil. Un día de correr 4km. en media horita y la 1/2 Maratón de Orihuela ayer. Mi mejor media en los últimos dos años, que se dice pronto. 2h11´35´´, bajando de las 2h.15´sin despeinarme. No quiero ni pensar cómo voy a ir cuando me quite los veinte kilos que me sobran. Tiembla, perdedor. Ah, también hubo un día de yoga y otro de P.F. A ver si esta la consiguiésemos enganchar medio bien. Eso permitiría, junto con las dos siguientes que con sus dos maratones de Valencia y Barcelona están más claras, cerrar una especie de microciclo de tres semanitas que me dejerían fino y fuerte para las fallas, digo para Sables. Ya vorem.

De «lo otro» la semana ha ido servidita.

Martes, comida en «Dolium», un sitio relativamente nuevo que no conocía. Lo ha montado Juan A. Melgar, 21 años en El Gastrónomo, del que ha «fusilado» la carta, lo que no es malo, en si mismo. Extraordinario steak tartar a la vista, como debe ser. Maduresa, uno de los tintos valencianos más en auge. Buen servicio, discreto, elegante. Para repetir.

Miercoles, la habitual visita al Enópata. Del que, por cierto, salí medio disgustado por segunda vez consecutiva.  Peligro. Abundante champagne, el habitual André Clouet y un Syrah del Ródano, Culleiron Les Serines St. Joseph, 1999 de escándalo.

Jueves, Burdeos in Love, muy agradable menú de medio día, relativamente asequible, 1/2 de Möet y un Predicador, de Benjamín Romeo, recordando días de magias varias. Razonable.

Viernes, sala de catas de Bodega Montaña para un improvisado cónclave del despacho, asi, sin más, sin comerlo ni beberlo. O, mejor dicho, precisamente comiéndolo y bebiéndolo. Las tapas de siempre, la afabilidad de Emiliano y su hijo y un par de botellas de Barón de Chirel, un vino de esos que llaman «de autor» que hacen los de Riscal, francamente bueno.

El sábado, ya en Murcia, concentrados para la media maratón de Orihuela, le dimos un buen repaso con Spanjaard, Garbancito y su banda a los bares del centro, de tapeo y cañas. «Ver Murcia» le llaman a eso por allí. Pues nada, lo que Vds. digan. Hasta sufrí un principio de contractura de esos que luego no llegan a salir del todo, no os digo más.

Ayer, tras las 2h.11´de carrera les  hice una paellita a los amigos con un kilito de arroz bomba, nueve langostas, nueve y agua del grifo. Peores que ese creo que ya habrán tomado alguno por ahí abajo. Con un alvariño y un Riesling del Rhin, Markus Molitor, seco, 2005, muy rico.

 Y hoy, por último, vencido y cautivo el ejercito enemigo, la ofensiva ha terminado en Tratoria de Carlo, celebrando con Ester y Amelia, dos de mis colaboradoras, el final de un p.macrojucio que nos ha tenido entretenidos el último mes y medio. Hoy ha sido la última sesión, cinco horas para un puñado de testigos y los interminables informes finales de los pesados de los abogados. Ya digo, ha salido bien de verdad, otra cosa será la sentencia, pero nosotros, por de pronto, lo hemos analizado todo a conciencia con un Protos reserva y un  Brunello di Montalcino de Bodega Antinori, una de las mejores bodegas de Italia. Más unos Pasitos di Pantelleria con los tiramisús, en fin, lo dicho, que las maniobras han concluido con éxito, que, aunque parezca que no, es posible estar una semana así.

Demostrado lo cual, trataremos de volver  a nuestras posiciones iniciales.

 Ilusionados saludos.