Hola amigos, muy buenas.

 La semana no iba mal, en lo deportivo. Lunes, natación (1.300m. variaditos, con Vanessa) + carrera a pie, 48´+ P.F.; miercoles, carrera a pie, 50´, incluyendo dos subidas a la Colina Mirador + P.F.; viernes, natación (1.500m. variaditos, con Vanessa) + judo. Incluso el sábado, antes de salir de viaje hacia Murcia, bajé un rato a la playa, a hacer el entrenamiento con los de la falla, muy relajadito, eso sí (10´andar + 6 x 2´correr/3ándar + 10´andar). Con los desplazamientos por la ciudad de lunes y miercoles en bici de paseo (unos 15km./día), pues eso, que no iba mal la  cosa.

Murcia, sin embargo, no ha sido tan deportiva. Digamos que hemos cambiado entrenamiento por relaciones humanas, amigos, disfraces, vinos, divertida actuación de magia y bacalao. Mucho bacalao. Tras la fiesta del sábado noche, de las divertidas de verdad, ayer domingo bajé del dormitorio en casa de Paco y Pilar ya vestido de ciclista. Cuando a pesar de la radiante mañana, del sol casi primaveral, Garbancito, alegó, para mi asombro, que «con este tiempo no se puede salir en bici», debí imaginarme algo. Ayer no se trataba de entrenar (así y todo todavía echamos 50´de resacosa carrera cutre por los caminos entre limoneros, alrededor de su casa), digo que ayer la cosa iba más por lo gastronómico/musical. Paco me sugirió que ya que nos íbamos a juntar veinticuatro amigos a comer, que por qué no repetir el arroz de este verano, el de bacalao y cebolla. Así se hizo. Hace feo que lo diga yo, el arroz salió exquisito. Pero donde de verdad eché el resto fue con una cazuela de bacalao al pil-pil inconmensurable. ¡¡¡Qué pil-pil, señores, qué pil-pil!!!. Ríome yo de los que alguna vez he tomado por el norte, dicho sea, por supuesto, con cariño. Todo ello regadito con unas cuantas de «La Vía Mágica», de Benjamín Romeo, previos unos cuantos quintos de cerveza.

Considerando, además, que martes y jueves fueron visitados, respectivamente, el Enópata Arzobispo y la Trattoria de Carlo, poco más hay que explicar acerca del lamentable 96 que hoy hemos vuelto a ver. ¿Será que con el viaje se me ha alterado el metabolismo, o, quizá, una retencioncilla de líquidos por la sal? Vaya Ud. a saber, la cuestión es que hoy, como siempre, un lunes más, trataré de volver a levantarme, a ponerme las pilas, a no dejarlo todo por imposible, a seguir, poco a poco, en el camino. Disfrutando un poco de la vida, sí, pero joder, a ver si pudiese ser con unos kilos menos.

Ilusionados saludos.