Hola amigos, muy buenas.

 Hoy, martes, primer día del resto de nuestras vidas, lo tenía fácil. «Descanso», pone el plan de entrenamiento. De esos suelo fallar los justos.

Aún así, me he levantado prontito y he bajado a nadar a la playa. 29´estilos, muy a gusto, amaneciendo, el mar como nunca, precioso, limpio, el agua clara, transparente, ni fria ni caliente, ni olas, ni corrientes, nada. Y la luz, esa luz de las mañanitas en La Malvarrosa que me vuelve loco, y el sol, ese solecito saludando, tímido, con su reflejo en el agua, como si fuese una intermianble calle por la que nadar. Che, es complicado de explicar, un escándalo.

Luego, al medio día, masaje. En un sitio nuevo que han abierto enfrente de Correcaminos, interesante, bien, se le dará una segunda oportunidad, siempre sin abandonar a mis clásicos de siempre (Miguel Bañón, Logic Men).

Por la tarde nervios, tensión, a las seis se firmaba, por fin, un contrato que llevamos estudiando, negociando, redactando, cambiando, volviendo a negociar, desde febrero. Horas y horas, muchísimo trabajo metido, y los contrarios sin aparecer. A las siete han venido, piden unos minutos a solas, joder, a que no firman, bueno, por no aburriros, a las nueve y pico, tras los últimos ajustes, se ha firmado.

Consecuencias: a) en cuanto administrador de este blog, lo cuento y doy un poco el coñazo a mis lectores con temas que les importan un pimiento. b) en cuanto que triatleta (como la copa de un pino), gracias, guapa, mañana he quedado a comer con el cliente. «Para celebrarlo», que se suele decir.

O sea que los 3×2000 que tenía previsto hacer por la tarde, en el río, como cualquier miercoles, o los hago por la mañana tempranito, después de nadar un rato o ya los he hecho. Igual se queda la cosa en ir en bici hasta la playa, nadar media hora y luego correr un rato intercalando un par o tres de cambios de siete u ocho minutos corriendo un poco más ligerito. Que ni en la playa tengo dos mil metros medidos, ni dispongo ya de GPS (el 305 con que preparé New York, New York, 06, anda por ahí, cedido a un atleta más serio que yo), ni a las siete y media de la mañana estoy yo sicológicamente para mucho agobio. Ya os lo contaré.

Ilusionados saludos.