Hola amigos, muy buenas.

Una banda de pistoleros decide que es conveniente dar piruletas en los colegios a los niños (por poner un ejemplo, piruletas, o que el cine sea gratis, o la independencia de su pueblo, suponiendo que tienen algo así, o lo que sea, pongo lo de las piruletas sólo como una forma de hablar, para entedernos). Matan gente, ponen bombas, hasta que cada niño no tenga su piruleta, no pararán, dicen.

 Mucha otra gente, aproximadamente la mitad de los padres, gente normal, pacífica, civilizada, también cree que, aunque ya les dan chuches para aburrir, de todos los sabores del kiosko, pues que aun así los niños deberían recibir cada día su piruleta y lo reivindican ordenadamente. 

Todo el mundo empieza a hablar del «problema dulce». «El problema dulce» por aquí, «el problema dulce» por allá. Y las soluciones al problema dulce por aquí, y las soluciones al problema dulce por allá. Y el dialogo para solucionar «el problema» por aquí, y las vías de solución por allá.

 Nadie, sin embargo, se para a pensar que hay dos problemas, no uno, dos. Nadie parece advertir que no hablan de lo mismo, que cuando unos padres hablan del «problema dulce» se refieren como tal al hecho de que unos cuantos hijos de puta maten a la gente para reivindicar lo que sea, piruletas o lo que sea. Para esa gente, obviamente, no se puede dar una piruleta ni media a un niño. Precisamente por eso, precisamente porque hay una banda de criminales pidiendolas a tiros. Para estos padres, nada que a uno le pidan a tiros es lícito concederlo.No se trata del viejo -pero válido- problema filosófico, ético, de si el fin justifica los medios (que, obviamente, no), sino por así decir, de lo contrario. Aquí son los medios los que deslegitiman, invalidan, imposibilitan el fin. Porque si das lo que te están pidiendo a bombazo limpio estás perdido. En primer lugar a nivel de conciencia, como ser humano te despreciarás siempre. Pero es que, además, estás perdido también en términos prácticos, de seguridad. El resto ya sabe el camino, ya sabe que la basta con hacerse con una pistola y pedir lo que le parezca. Por tanto, para esos padres, «el problema dulce» se limita a terminar con los animales. Luego hablamos de lo que sea, antes de nada. Por principios. Para esta gente el problema dulce consiste únicamente en «cómo» se piden las piruletas, no en «qué» se pide para los niños.

 Los otros padres, sin embargo, los que sí verían con buenos ojos una chuche en cada recreo, esos usan la expresión «problema dulce» para referirse al hecho de que a los niños se les siga castigando sin tan merecidos caramelos. Ese es para ellos el verdadero problema. El «qué» se está pidiendo/negando. Es más, muchos de ellos añaden que todo sería más fácil dándo simplemente a los niños lo que se reclama. Los malos dejarían de matar, los niños contentos, los papás contentos, todos contentos.

 Por eso no se entienden. Todos hablan y no paran del «problema dulce», sí, pero cada uno del suyo. Unos de «qué» se pide, otros de «cómo», de problemas distintos, en definitiva.

Por eso cada vez que oigo hablar del «problema dulce» antes, como primera cuestión siempre pregunto de cuál de los dos hablamos. Y luego, si me piden mi opinión, sólo en ese caso, expongo que para mi nada, absolutamente nada, que alguien esté exigiendo a tiros es lícito ni moral, no ya darlo, no, ni siquiera pedirlo al tiempo y a la vez que los malos, aprovechandose del ruido de sus pistolas.

Vamos, ni piruletas en el cole.

Por cierto, el resto de semana bien, de lujo. Jueves un rato de bici. Tenía que haber sido Marines-Casa pero se quedó en una horita corta, ya que reventé una cubierta y tras una hora de caminata con las zapas de bici destrozando las calas llegué a Mas Camarena donde me recogió Mar. Viernes masaje + gim (7x 25 abdominales+25 estiramientos buenos, a conciencia, tren inferior + 15 repeticiones pesas suaves tren superior). Luego natación a mi bola, tranquilo, relajado, 750m. Ayer, sábado trekking por la Calderona, 2h. de andar y trotar  por sendas preciosas, por sitios de ensueño (Marines Viejo-Pico Gorgo, sin llegar arriba y regreso). Hoy, domingo, carrera a pie, variadita, 10´R1 + 20´R2 por arena blanda (la neurona de Sables, ya sabeis) + 5´relax para sacar la arena + 10´R2 + 5´R3 con alguna incursión en R4 + 2´andar + 10´R3 + 5´R4 + 5´R3 + 10´R4/R5. Con final feliz, maravillo baño en una playa de la Malvarrosa toda para mi. Solecito, mañana primaveral, el agua limpia, no he podido resistirme y me he dado un baño de escándalo. Lástima de neopreno, si hoy lo llego a tener a mano hubiese nadado un rato bien a gusto. Así la cosa se ha limitado a entrar, estar un ratillo con las piernas bien frías, dar dos brazadas y salir. En todo caso, un lujo, un privilegio.

 La semana termina con dos sesiones de natación (miercoles y viernes), una de bici (jueves), tres de carrera a pie (lunes, miercoles, domingo), un trekking por montaña (sábado) y dos sesiones de PF + una de gym. Bien, muy bien.

Ah, y cuatro kilos menos, dicho sea de paso.

 Ilusionados saludos.