Hola amigos, muy buenas.

Mañana, sábado, salgo prontito hacia Hecho, o quizá debería decir «Echo», no sé, de las dos formas lo he visto escrito. En todo caso, un pueblito de montaña, en el Pirineo Aragonés, cerca del cual empezaré el domingo, temprano, «La Senda de Camille», una travesía de montaña, circular, 104 kilómetros en siete etapas por el Parque Natural de los Valles Occidentales y el Parque Natural de los Pirineos. Cada noche dormiré en un refugio de alta montaña distinto, Gabardito, Lizara, Somport, Arlet, Lescun y Linza. No parece que sean etapas extremadamente duras, seis, siete, ocho horas/día máximo, pero ya veremos, ya os contaré a la vuelta, que la montaña es sabido que engaña. En todo caso, si dais un vistazo a la galería de fotos que tienen colgadas en su web, lo que es seguro es que voy a echar muchas horas por sitios bonitos de verdad.

Cuando planifiqué esta escapada daba por hecho, iluso de mi, que a estas alturas estaría flaco, fuerte, que habría entrenado mucho y bien para el Gran Trail de Peñalara y lo de La Senda iba a ser el punto final de la preparación, la aclimatación definitiva a la alta montaña, la guinda, el remate. Lejos de eso, ni he entrenado un bufo ni estoy en forma ni lo de estos días va a completar planificación alguna, ni nada que se le parezca. Estoy como estoy y el Trail no se ha entrenado ni poco ni mucho. Pero no por ello voy a dejar de intentar disfrutar del Pirineo, del placer de transitar por un entorno en estado puro y salvaje, habitat de los últimos osos pardos, voy a atravesar el mismísimo paraiso, hasta llegar, si me dejan, a tocar el cielo. Voy a desconectar de problemas, rutinas, móviles, PCs, líos, objetivos, juicios, asociaciones, problemas, voy a empezar a sentirme sano, fuerte, a disfrutar del placer de caminar en comunión con las montañas, a vivir con mi mochila y mis bastones, la magia de la naturaleza. A refrescar un poco las neuronas, que falta les hace. Y a echar cuatro parrafadas con Dios, si es que se deja ver, que por allí suele andar a veces. Resumiendo  y en definitiva, a ordenar un poco cuerpo y mente. Como vereis, a cosas todas bastante más serias que preparar el Gran Trail del 3 de julio. Ese me da que, al paso que vamos, se queda el pobre sin preparar.

Ilusionados saludos.

P.C., por si fallase lo de la magia de la naturaleza, echaremos también una baraja a la mochila, que nunca se sabe dónde puede salir una actuación.