Hola amigos, muy buenas.

Creo que ahora se dice así, me suena que «resetear» es la palabreja que se nos ha colado para lo que toda la vida fue reiniciar, retomar, en fin, ya me entendéis.

Hacemos «reset» en el blog. Me disculpo por la injustificada ausencia durante estos últimos meses y anuncio mi propósito de ir contando con una cierta continuidad esas pequeñas cosas que me vayan ocurriendo.

De vinos, restaurantes, gastronomía y similares espero hablar lo menos posible en los próximos meses, «me estoy quitando». Se podría decir que la despedida, a hombros por la puerta grande, tuvo lugar el otro día cenando en «Santceloni». En su lugar comentaremos algún que otro entrenamiento y alguna carrerita que vayamos haciendo. Y lo que pueda ir surgiendo de magia, toros, buceo y demás aficiones sanas.

Dejaremos estar, igualmente, la Falla por una temporada. Es difícil de compaginar con la vida sana y deportiva que quiero llevar en los próximos meses. No es que sean absolutamente incompatibles, claro que no, pero a mi me cuesta mucho. Y, además,  he acabado un poco saturado tras un año como presidente en el que, junto a grandes momentos, al lado de inolvidables buenos ratos y la satisfacción íntima, personal, de saber que se han hecho muchas cosas, y muchas muy bien, digo que junto con eso me llevo unas cuantas decepciones personales, unas cuantas cicatrices en la espalda de puñaladas traperas, habladurías, chismorreos de cuatro pobres gentes que no dan para más y -lo que más me ha dolido- el silencio cómplice de otros cuatro supuestos amigos. Resumiendo, que nos vendrá muy bien a los dos, a la falla y a mi, una temporadita de relax.

Y, si no vas de garitos y pasas de la falla, ¿a qué dedicarás el tiempo libre? Pues a entrenar, a correr, andar, nadar, montar en bici, patear montañas, jugar al tenis, a ponerme en forma, a perder peso, a recuperar las sensaciones de esos cinco o seis años cuando todo era fácil, nada costaba esfuerzo, la motivación estaba por las nubes y uno, sin darse cuenta, era tan feliz.

Ya lo sabemos, de siempre, DONDE HAY UN DESEO HAY UN CAMINO. En él estamos, de vuelta. Con 103 kilos, sí, pero convencido, fuerte, con ganas, ilusionado.

¿Objetivos, metas? Bueno, ya nos vamos conociendo, están por un lado los confesables, los oficiales, se diría que dos, el Gran Trail de Peñalara, dentro de 88 días, 110km. por la Sierra de Madrid -organiza un gran tipo, Felipe «Treparriscos»- y el Ironman de Regensburg el 1 de agosto. Para preparar el primero me he inscrito en la Macrofondo de la Comunidad Valenciana (último fin de semana de abril, tres días, 100 km., al tran tran, con Guille y Andrés Rapaport). También en la Maratoimitja (Castellón-Penyagolosa, 65km., 15 mayo). En los últimos días llevo cinco salidas de media horita alternando andar y trotar al 50% + 5xtenis en Semana Santa + un intento casí conseguido de subir al Montgó. Me hice el ánimo el pasado domingo, con «Ron». Tras hora y media de ascensión estábamos los dos reventaitos, bastante cerca de la cima, pero molidos. Decidí que hasta ahí habíamos llegado y nos bajamos. Debieron faltarnos diez minutos de ascensión, no más, pero no tenía sentido. Otro día será. Fue ahí cuando me di cuenta de lo fuerte que he estado, sin enterarme, estos años atrás, cuando me hacía la subida de tirón, sin parar ni a mirar el paisaje y en 1h.10´me plantaba en la creueta. ¡Qué tiempos! Lo bonito es que ahora sé, seguro estoy, que sí volverán.  En cuanto a la preparación del Ironman, bueno, digamos que dispongo de bañador y bicicleta, ambos sin usar desde octubre pasado.

Por último, para terminar, el objetivo «inconfesable», el que siempre negaré haber dicho: ya que me voy a poner tan fuerte, tan flaco, tan en forma, por qué no aprovechar la maratón de Atenas (31.10), a la que también estamos inscritos, para reventar el crono?

Ilusionados saludos.