Hola, amiga, amigo, muy buenas.
No es que no quiera verte, qué va, al contrario, en estos próximos meses estaré encantado de quedar contigo. Invítame, o déjame invitarte, a:
Ir al cine.
Al teatro.
A un concierto.
A cualquier espectáculo.
Salir a navegar en el «Magopepo»
O en cualquier otro barco.
Dar un garbeo en Valenbisi.
O cada uno con su bici.
Pasear por la playa.
O por El Saler.
O por el río.
O por La Calderona.
O por dónde te apetezca.
Visitar e museo de las Artes y las Ciencias.
O cualquier otro.
Visitar una ganadería de bravo.
Toreando unas vacas, o sin torear, sólo pasear a caballo por las dehesas.
Saltar en paracaídas.
Echar un trotecillo juntos por el río, por la playa, por dónde se tercie.
Bucear.
Tomar un café en casa.
O por ahí, por el centro.
Podemos, incluso, quedar a no hacer nada, a ver crecer los naranjos.
Pero, por favor, no me invites ni a comer, ni a cenar. No, al menos,
en los próximos meses.
Ilusionados saludos.
P.S.: La foto, de 2003, no tiene más sentido que mantenerme motivado, con tensión, en el Camino. 3:33 en maratón no son, hoy por hoy, un objetivo, ni de coña, son simplemente un precioso recuerdo.
P.S. II: No pesaba 91,00 desde hace al menos cinco años.