Hola amigos, muy buenas.

Aquí andamos, recien llegaditos a casa, después de una noche tonta. La hora a que escribo esto no necesariamente coincide la que aparece en la cabecera. Si me acuerdo como se hacía, que lo dudo, la voy a cambiar para que aparezca esta entrada como si se hubiese escrito antes de las doce, o sea, todavía el miercoles, día 2. Total, ¿qué son dos o tres horas más o menos en la vida de un fornido triatleta?, ¿dónde van ciento veinte minutillos de más o menos en la dura prepareison del terrorífico Ironman? Pues eso, que las 23:59, exactamente, digamos que no son.

Tras currar de caliente todo el día y correr un rato, (55´), a última hora de la tarde, de ellos 28´por la arena blanda (las neuronas están ya en Sables, qué se le va a hacer)+2´andando+14´por la arena dura, estos fuertecillos+reglamentario baño en el mar+10´de propina, trotando relajado hasta casa, digo que tras semejante proeza nos hemos puesto guapos Mar, Macarena y un servidor y nos hemos acercado a la fiesta de inauguración del que, mucho me temo, va a ser el garito que definitivamente acabe con mi futuro deportivo, con mi despacho y ya veremos con qué más. Tomad nota, «Enópata Arzobispo», Wine Bar libre de cervezas y humos en la plaza del Arzobispo de Valencia, precioso, elegante, noble, cuidado, detallista, pensado hasta el mínimo detalle, ya veremos, ya, en que queda el tema. Pánico me da. Sólo por disfrutar de las copas en que te sirven ya vale la pena ir. Mañana, de hecho, me ha liado Juan para una cata con unos checos, creo que ha dicho, que vienen a probar siete de las copas. Todas diseñadas por él, a cual más bonita. Sopladas, lo que hoy día es casi imposible de encontrar, modernas, espectaculares.

Hoy sólo hemos bebido champagne. Siempre Andre Clouet, primero el Grand Cru, que ya es una pasada (seis cajas he dejado encargadas para el autobus de Zurich, tres de blanco, tres de rosado, más que nada para no pasar penas a la vuelta), luego ya nos hemos pasado al Milesimé 2000, siete años de crianza en lías, en fin, un champagne espectacular, de 70 pavos (de coste) la botella. Iban que volaban, por cierto.

 Sobre las diez y media la banda se han ido a continuar la fiesta en Isidoro, a tomar pescadito frito. Nosotros, en teoría a casa. De hecho íbamos hacia casa. La idea era ir a casa. Para la niña era tarde, nos íbamos a casa. De verdad. Lo que pasa es que Mar y yo llevamos tantos años juntos que sin hablar, por simple telepatía, nos comunicamos sin palabras. Al pasar junto a «Maipi», Avda. José Antonio, digo Reino de Valencia, perdón, producto, producto y producto, «sólo eso», nos hemos mirado y, como digo, sin palabras, cuando nos hemos querido dar cuenta estábamos dentro. Botellita de un muy recomendable Labor del Almadeque, Merlot, 2003 (ya ves Juan, en tu fiesta estaba el bodeguero, si antes lo comentamos, antes cae una) probablemente el mejor merlot de la Comunidad Valenciana. Con una ensaladita de tomate de verdad con anchoas, unas croquetas caseras y unas chuletitas de cabritillo, mínimas, de esas que no sabes si llorar de pena por el cabrito, por que se terminen o de risa por como están de ricas.

Pues eso, golfos, pecadores, tomad nota de ese par de sitios, «Enópata Arzobispo», mi sitio preferido de hoy en adelante, «Maipi», un barecito de toda la vida, un clásico.

El entreno, como ya se ha dicho, hoy miercoles, 55´de carrera sin más historia. Si de ayer, martes y del lunes no se ha dicho nada, no hace falta ser Sherlock Holmes para adivinar los motivos. Vamos, digo yo.

Mañana más.

Tendría que haber hablado un poco sobre Sables 09 y sobre la Pujada al Castell de Denia (16.08), pero a estas horas (vosotros no sabeis la hora que es, yo sí) no procede, en próximas entradas ya iremos comentando ambos temas.

Ilusionados saludos.