Hola, amigos, muy buenas.

Ayer, echando el día por la montaña, terminamos una semana atípica, una de esas que los expertos llaman «de descarga» . Con los amigos de la Asociación Cultural «SENDEANDO» hice la subida al Montgó desde Jesús Pobre. Con sus paradas a almorzar y recuperar el aliento, a ritmos cómodos, a gusto en todo momento. Típicas fotos de grupo arriba, en el «Cim», a 753m. de altitud, fotos de las que, obviamente, no dispongo, si no no habría robado la del cartelito. Bajada a pijo sacao, casi como en los gloriosos viejos tiempos, en compañía de los dos primeros, a los que no logro dejar atrás, hubiera sido un escándalo, pero casi, poco faltó. Al grupo le sacamos casi una hora. Primera vez en estas semanas de entrenamientos en serio que me noto bien, pero bien de verdad. Ya sé que bajar, con mis kilos,  no tiene especial mérito. Ya sé que era una bajadita muy conocida, que yo «jugaba en casa», que por ahí hemos bajado ya, a lo tonto, a lo tonto, unas cuantas veces. Sí, ya sé que todo eso puede ser verdad, pero al final, no lo es menos que bajé como un tiro. Y, sobre todo, que disfruté, de nuevo, de las impagables sensaciones de hacer cumbre y, por unos instantes, tener el mundo entero a tus pies. Hasta Ibiza, se veía claramente ayer. Una pasada.

La semana, como decía al principio, ha sido más tranquila que las anteriores. El domingo anterior me había sentido bastante cansado, llevaba varias semanas dándole duro. Decidí levantar un poco el pie del acelarador. Digamos que para consolidar el trabajo de las dos anteriores y, sobre todo, para afrontar los póximos veintitrés días, hasta la media de Valenica y el Martes Montaña del día 23 con las piernas frescas, las neuronas en perfecto estado de revista y la moral por las nubes. Si en las próximas tres semanas me porto como debo, que me portaré, esta de medio descanso habrá tenido bastante más sentido del que aparenta.

En números:

Dos días de correr por la playa, martes y jueves (35´+ 30´).

Un día de senderismo por el Montgó, ayer, domingo (15km.)

Dos días de natación, miércoles y viernes (1.100 + 1.000m.)

Un día de heroica bici, el sábado, con una espectacular resaca, habiéndome acostado el viernes a las 5 de la mañana. Casa, El Saler, casa, (1h.10´, a duras penas)

El régimen, bien. Con la única excepción, prevista y programada de antemano, de la cena del viernes en La Cuchara Mágica. Están por Valencia Carlitos y María, dos grandes amigos recién llegados desde Bariloche, Patagonia, Argentina. Sin comentarios. Pero vaya, el resto de la semana impecable, perfecto, de manual. El jueves la vida, digo la báscula, me regaló un precioso 94,3kg.  Y bajaaaando.

Todo bien, gracias a Dios.

Ilusionados saludos.

P.C.: Alicia sigue ahí, en su particular camino, peleando célula a célula, defendiéndose,  atacando, soportando el dolor, superando los malos ratos, disfrutando como nadie los buenos. Que ese, y no otro, es el lado positivo de la enfermedad, la capacidad de sentir las sensaciones buenas, los momentos mágicos, los pequeños placeres del día a día con una intensidad que los demás ni imaginamos. Ánimo, amiga, JUNTOS PODEMOS, ya lo sabes.