Hola amigos, muy buenas.

 Bonito fin de semana el pasado por Rubielos de Mora y alrededores. En compañía de un puñado de socios de Correcaminos, algunos de ellos historia viva del atletismo popular valenciano, leyendas, hombres a los que les debemos mucho. Tipos duros como el pedernal, que con sesentaytantos años, alguno setentatay…se meten entre pecho y espalda 127km. en 48 horas sin darse la menos coba, como quien no quiere la cosa, por la sola y exclusiva satisfacción personal de haberlo hecho.

Paquito López, organizador, ha corrido las 24 ediciones, si con calor, con tirantes, si con frio, manguita corta. Ordiñana, sesentaypico, corrió la primera maratón de Valencia. Y unas cuantas más, ya se entiende. Ahí sigue. LLentiscle, José María, no sólo es que la termina, no, es que, además, va como un tiro. A sus sesenta y muchos. O Eleuterio, al que conocí hace dos años, en mi primera participación. Se ha quitado un puñado de kilos (no como yo, dicho sea de paso) solo por no quedarse atrás. Lo mismo, sesentaytantos.

Dejo para el final a Ricardo Fayos, «El Juvenil». Setenta y uno. La leche. Sube más que yo, lo cual no es difícil, pero baja, ¡cómo baja!, me la jugaría con cualquiera de vosotros en una carrera bajando. Tú vas hecho una mierda y él, que lleva a esas alturas cientoypico kilómetros, él va cantando, contando chistes, sin la menor queja de nada. Alucinante.

El otro día, leyendo la segunda parte de «La columna de Andrópolis» de Toni Lastra, donde recopila sus mejores columnas en Las Provincias entre 1993 y 1999 ya se refería a todos ellos, a estos mísmos, en términos elogiosos. Quince años después su leyenda continua. Y que dure. Solo espero que la del año que viene, la 25ª, no sea completa y absolutamente incompatible con Sables, por las fechas, digo. Me gustaría llegar en condiciones de plantar cara en la carretera a todos esos campeones.

Junto a ellos, otros veteranos de edades, digamos «más normales», Jorge Pérez, ciencuenta tacos, unas cuantas macros, Toni Allueva, Salva Gallach, también curtiditos en unas cuantas batallas y algunos debutantes, jóvenes, de esos finos finos que van que vuelan, de los que se toman esto en serio.

 Y yo.

Imaginad.

Viernes tarde, 18:00: Manzanera-Rubielos de Mora. 30km., rompepiernas, toboganes, montaña. Los hago todos, y casi todos corriendo, a excepción de una única subida, el último puerto, +/- 2km. El resto bien. 3h.12´.

Sábado : Salgo dos horas antes que el grupo, andando, con Ordiñana. Subimos de 1.000 a 1.800m. de tirón. Sierra de Gudar. 22km. de subida, el resto hasta el hotel bajando. De los 58km. previstos sólo hago 30km, la mayoría andando, todavía alguno trotando cuesta abajo. A las 5h., helado de frio, empezando a nevar, me subo a una de las furgonetas de apoyo. Ellos siguen. Ampollas de órdago.

Domingo, nuevo madrugón, nueva salida dos horas antes, andando. Bajo una lluvia torrencial. Cuatro horas mojándome, helado de frio. Tras 25km., prácticamente todos andando, en La Venta del Aire, a falta de otros 15 lo dejo. Me meto en el Bar Los Maños y me pongo ciego de embutido, queso, vino y carajillos hasta que llega Mar a pagar la cuenta y «rescatarme».

Al final han sido 85km. en 41h., un buen entreno para Ronda, supongo.

Lo dicho, lo mejor, como siempre, la gente, la buena gente.

Ilusionados saludos.