Hola amigos, muy buenas.

 Hoy no «tocaba» escribir nada, en realidad tengo bastante poco que contar, salvo que empezase a enumerar problemas de trabajo, lo que, obviamente no voy a hacer. Pero he empezado a leer un libro con muy buena pinta que me ha prestado Diego, Lecter, golfo, vividor (en el buen sentido), amigo y me he enterado de que la frase que da título a esta entrada, la de «si puedes soñarlo, puedes hacerlo», que había oido montones de veces, es de Walt Disney. Me ha hecho gracia, no lo sabía, y he pensado que quedaría bien aquí, que encaja bastante con la filosofía, con el espíritu con que estoy tratando de encarar estos p.días.

Ayer no entrené. Entre que terminé tarde y cansado en el despacho, más que cansado harto de chorradas, de mindundis, de problemas y que mis maltrechas piernas no parecían haber asimilado muy bien los 43´del domingo, me di fiesta. Hoy he ido del despacho a Correcaminos (no creo que haya más de uno o dos kilómetros, no vayais a pensar) andando rápido, a ritmos cientouneros, con mochila y todo. Quince minutillos para una buena sudada. Una vez en el club se suponía que me iba a bajar al río a trotar media horita, pero he llegado con una molestia bastante seria en el adductor derecho, o como se llame, en la inserción con la ingle. Me dolía, me duele. He cambiado el trotecillo por un masajito y me he vuelto del club a casa (6,5km.) con la bici, que seguía allí, abandonada, la pobre, desde el sábado. En fin, apuntaremos descanso, hoy también, pero no han dejado de ser dos paseitos, uno andando y otro en bici.

Mañana he quedado a las tres con Vanessa, en la Petxina, para nadar un rato. Estaría bien ser capaz de, además, correr un rato a última hora de la tarde y luego hacer la Preparación Física (P.F.). A ver si es verdad.

Ilusionados saludos.

 P.C.: El libro es «La última lección», de un tal Randy Pausch, editado por Grijalbo. Como digo, estoy empezándolo, tiene muy buena pinta: «No podemos cambiar las cartas que se nos reparten, pero sí cómo jugamos nuestra mano», dice. Ya os contaré.