Hola amigos, muy buenas.

Feliz año nuevo a todos. Dos de enero, una fecha tan buena como cualquier otra para volver a empezar. Volver a prepararme, de la mano de Pablo, para un par de pruebas bonitas.

Voy a intentar llegar a los 101 de Ronda en forma de verdad, fino, fuerte, a hacer la carrera soñada. Ese es el primer objetivo, el gran anhelo, volver a sentirme bien por la Serranía el segundo fin de semana de mayo.

El segundo, nueve semanas más tarde, disfrutar a tope del Ironman de Zurich.

Hasta entonces llevo idea de participar en alguna carrerilla larga, sin más intención que aprovecharlas para entrenar y, de paso, ir teniendo algún objetivo menor a corto plazo. Serán, D.m., las maratones de Valencia, Sevilla y Madrid, la Macrofondo de la Comunidad Valenciana, el Macrotriatlón de los Parques Naturales(en su primera edición, de prueba, de broma, sólo con amiguetes) y, muy probablemente, la Quebrantahuesos. Algún triatloncillo corto supongo que también puede que caiga. Y quizá alguno largo, ya veremos. En todo caso, todas ellas en plan tranquilo y sin mayores pretensiones que ir, hacerlas y volverme a casa en condiciones de seguir entrenando.

El punto de partida es, en lo físico, penoso. Al límite de la incapacidad, me he puesto inmenso en estos últimos cinco meses. 99,2kg. esta mañana, que se dicen pronto. Pero me preocupa sólo muy relativamente, porque, por contra, estoy mentalizado como nunca, psicológicamente muy fuerte. He recuperado el espíritu del 2001, aquel año en que adelgacé de verdad, me aficioné a correr y cambió mi vida. Tengo todas las ganas del mundo y más de volverlo a hacer. Sé que van a ser meses apasionantes, que los voy a disfrutar, a saborear, a vivir con toda intensidad.

Hoy, primer día de entrenamiento, cuando me he dado cuenta iba por el rio, arrastrandome, sí, doliendome todo, sí, asfixiadillo, sí, pero cantando la que va a ser mi canción, mi himno de este año:

Saber que se puede, querer que se pueda.
Quitarse los miedos. Sacarlos afuera.
Pintarse la cara color esperanza,
tentar al futuro con el corazón. (Diego Torres)

Pues eso. «Saber que se puede, querer que se pueda.» ¡Qué bonito!

Ilusionados saludos.